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sábado, 12 de octubre de 2013

Folículos y ovocitos, diferentes pero asociados

Una de las cuestiones que más nos plantean los pacientes en la clínica diaria es la diferencia entre folículos y ovocitos.

Los folículos son sacos llenos de líquido localizados en los ovarios y cuya función inicial es rodear, proteger y nutrir al óvulo que crece y madura en su interior. Cuando a una mujer le baja la regla, ahí comienza el ciclo menstrual, y durante esos 3 ó 5 primeros días se pueden observar por ecografía un número determinado de folículos de pequeño tamaño, de entre 2 y 10 mm, en cada ovario (en una mujer con fertilidad normal se calcula entre 6 y 10 por ovario), que son los llamados folículos antrales. Este recuento aporta información sobre la fertilidad de la mujer y la posible respuesta a un tratamiento de reproducción asistida posterior.

Durante la primera mitad del ciclo menstrual, el desarrollo y crecimiento de los folículos antrales está orquestado por la hormona estimulante del folículo (FSH) que las mujeres producimos de forma natural desde la hipófisis, y que participa en la selección de un folículo de entre todos los que comenzaron el desarrollo, para llegar hasta el momento de la ovulación. Esta hormona también favorece la producción de estrógenos, y cuando aumentan los niveles en sangre, se produce la rotura del folículo dominante y la liberación a la trompa del ovocito que tenía en su interior.

En el ovario quedan restos del folículo roto (llamado ahora cuerpo lúteo), que será el encargado de producir estrógenos y progesterona para preparar el útero para una posible implantación.

En un ciclo natural sin ninguna medicación, los folículos antrales comienzan a desarrollarse, pero sólo el folículo dominante llega a ovular aproximadamente en el día 14 del ciclo. El resto de los folículos que comenzaron el desarrollo se atresian, es decir desaparecen o mueren como parte de un proceso biológico programado.

Lo que se consigue con la medicación de un protocolo de estímulo para reproducción asistida es evitar que el resto de folículos que comenzaron el desarrollo se pierdan; de alguna manera se engaña al ovario y se le hace creer que todos los folículos que comenzaron a crecer son importantes y deben de llevar hasta el final del desarrollo. De esta manera, en lugar de conseguir un solo folículo, conseguimos que a la punción lleguen la mayoría de los que comenzaron el camino, aumentando así las posibilidades de éxito.

Ésta es la explicación por la que unas mujeres tienen más folículos desarrollados al final de la estimulación, y otras menos, porque la cantidad que llega es la que los ovarios comenzaron a desarrollar al inicio del ciclo.

Pero un número alto de folículos no asegura una buena respuesta en cuanto a ovocitos, ya que no todos los folículos observados por ecografía contienen un óvulo en su interior. Se requiere que en el momento de la punción tengan un tamaño de aproximadamente 24 mm para esperar encontrar ovocito; los folículos que tengan un mayor tamaño tampoco es bueno, porque suelen estar vacíos, y aquellos que son pequeños aún no tienen el desarrollo adecuado como para haber desarrollado el ovocito. Por ello, lo ideal es tener un desarrollo sincrónico, y un adecuado tamaño folicular.


En cualquier caso, la mujer que se somete a reproducción asistida debe saber que su caso es propio y no comparable al de otras mujeres, ya que el número de folículos que se van a desarrollar con la medicación serán el mismo que el ovario comenzó a desarrollar en ese ciclo, ni más ni menos.

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